LA MUJER QUE REVOLUCIONÓ EL MASAJE


Renata França transformó la vida de millares de chicas y se volvió la preferida de estrellas como Taís Araújo y Bruno Gagliasso. Qué pocos saben es que ella tuvo que superar las dificultades de una infancia humilde y luchar por la realización de sus sueños. Nacida en un barrio humilde de Ilhéus, Renata França tenía sueños que parecían imposibles de realizar. Sin embargo, su fe era tan grande que la hacía hasta arriesgarse a conversar con Dios y sentir que era oída. Soñaba ser periodista hasta que, un día, su madre, para equilibrar las cuentas de la casa, resolvió abrir un pequeño salón de belleza. En él, Renata hacía “de todo un poco”, y fue de una cliente que oyó, por la primera vez, que había algo especial en su toque: sus manos. Por esa misma cliente, fue invitada para hacer su primer entrenamiento como masajista, hasta que recibió la invitación que cambiaría su vida: trabajar en un Spa en el barrio de Jardins, zona noble de la ciudad de São Paulo. Con el corazón apretado y el pecho lleno de coraje, Renata siguió para la ciudad grande en la compañía de una de sus hermanas. Albergadas en la casa de un tío, sin cama y dividiendo apenas una sábana, las hermanas França enfrentaron un invierno riguroso. A pesar de las dificultades, jamás pensaron volver atrás. Apoyadas en una fe inquebrantable, ellas se calentaban abrazadas. Guerrera por naturaleza, Renata solo tenía una seguridad: volver a la Bahia no era una opción. Trabajando más de 14 horas por día, su poco tiempo libre era usado para el estudio - y no se conformaba con los paquetes de masaje que los Spas y clínicas ofrecían. Y fue en cuanto empezó a crear un método que incluía nuevos tipos de maniobras, ritmos, bombeos y presión, que traían resultados más eficaces del que los masajes tradicionales. Su invención era aplicada en clientes que atendía y todas acababan apasionándose por los resultados y también por su garra. Acabó en las páginas de las principales revistas del País y vio su agenda de clientes estallar. Fue en ese período - en 2005, precisamente - qué Renata recibió una llamada de Taís Araújo, a quién acabó atendiendo (¡Pasme!) a las 5h de la mañana, justamente por cuenta de la agenda apretada. Encantada con la dedicación de la baiana arretada, la actriz se enardeció de amores por ella y pasó a referirse al masaje como “milagrosa”, lo que haría, más tarde, Renata bautizar sus técnicas más conocidas como Miracle Touch y Miracle Face. Hoy, al nombre de Taís se suman los de muchos otros famosos, entre ellos, Bruna Marquezine, Marina Ruy Barbosa, Ivete Sangalo y Bruno Gagliasso. Renata pasó a ser la “esteticista de las famosas”, sin embargo, algo la enojaba. El éxito y el reconocimiento no trajeron la realización que esperaba. Sabía que era una excepción en un país colmado de talentos sin oportunidades, decidió compartir su conocimiento, inspirando, así otras mujeres. En 2016, fundó el SPA Renata França y comenzó su jornada recorriendo Brasil con cursos libres. Millares de mujeres, no solo en el país, sino en todo el mundo, tuvieron sus vidas transformadas y hoy aplican sus métodos exclusivos de drenaje linfático, masaje modeladora, relajante y, desde luego, el Miracle Touch y Miracle Face. “Intento elevar la autoestima de mis clientes no solo con los masajes, también trabajando la importancia de una vida saludable. Soy grata por las oportunidades que tuve e intento transmitir eso a mis alumnas. Además de la técnica, es preciso sensibilidad para manejar el cuerpo de otra persona”, dice la mujer que transformó vidas y valoró todo un mercado de masajistas que ahora tienen orgullo de ejercer la profesión. Es tanto orgullo que ellas son llamadas de “pupilas”. Las pupilas son, en el fin de las cuentas, la razón de ser de Renata França, que conquistó sueños mayores de lo que podría imaginar y que ahora se empeña en prestar su talento para ayudar millares de mujeres a creer que todo es posible si usted cree en sí misma y empeñarse en dar lo mejor de si.